Llegó la época: ¡Cuidado con no coger frío que luego vienen los resfriados y la gripe? ¿Se puede defender que el frío no sea realmente el responsable de estas enfermedades, pese a que la sabiduría popular recomiende evitar corrientes de aire y abrigarse mucho en los días fríos o lluviosos?
De los estudios recientes y recopilando información detallada de varios artículos se puede decir que: los catarros o resfriados y la gripe son enfermedades infecciosas virales y se transmiten de unas personas a otras.
También sabemos que en medicina se dice que si se vive completamente aislado no se sufrirá de gripe, ni tampoco se contraerá si vives en el pueblo más frío del mundo. De hecho tenemos ejemplos de científicos que pasan largas temporadas en la Antártida a temperaturas por debajo de los 20 grados bajo cero. Pero, ¿qué ocurrirá si alguien te visita en tu aislamiento o pasa cerca del pueblo más frío del mundo, y este visitante es portador del virus de la gripe? Pues posiblemente el visitado caerá enfermo de gripe.
Es por eso que el mito que dice que se puede uno resfriar por la exposición al frío tenga sus pros y sus contras, ya que aunque es en épocas de frío donde el resfriado y la gripe son más comunes, los investigadores no han podido todavía certificar que el mito está en lo cierto.
Hay que prestar atención a dos cosas:
- Cuando hace frío, las personas tendemos a estar refugiados en ambientes cerrados y todos m?s juntos, como pasa por ejemplo a los ni?os cuando van al colegio, que pasan mucho tiempo juntos y son muchos los que están a la vez. Asique, con que uno de los niños del grupo sea el huésped del virus, es más que probable que el resto del «rebaño» caiga contagiado. Luego estos niños van a sus casas y ocurre lo mismo, siendo ellos los portadores de los futuros contagios en sus «rebaños caseros».
- Los estudios sobre virus apuntan a que en temperaturas bajas los virus del resfriado y la gripe sobreviven más tiempo en el ambiente, gracias a una autoprotección en forma de una especie de gel que se forma a bajas temperaturas, lo que permite que en el frío, se transmita de huésped a huésped sin mostrar ningún síntoma. Es luego cuando acudimos a un lugar más cálido cuando este «gel» se derrite permitiendo al virus contagiar al huésped y mostrar toda la sintomatología asociada.
Por tanto, y esto es nuestra deducción personal, no podemos achacar al frío toda la culpa de los contagios, sino a la falta de higiene que se produce cuando la persona está contagiada, siendo ésta la que habría que aislar y no al resto.
Entonces, según todo lo anterior, hay que prestar atención a:
- Si estamos contagiados, evitar dar besos y saludos con las manos, solo son 3 o 4 días.
- Evitar coger objetos en los que se haya podido toser o estornudar antes.
- No frotarse los ojos con las manos sucias, es un ambiente en el que el virus se lo pasa genial.
- Siempre, siempre y siempre, tener por costumbre lavarse las manos ante la duda de haber podido tocar algo contagiado (algún ejemplo de los 3 anteriores). Aunque el jabón no sirve para eliminar un virus, la simple costumbre de lavarse las manos puede desprenderlo de ellas, evitando el contagio por contacto.
Según todo lo expuesto podríamos decir que ¿es más importante minimizar la exposición a los virus que abrigarse?
«La prevención del resfriado y la gripe»
Todos los años por éstas fechas las autoridades sanitarias nos avisan de que la gripe está cerca y que necesitamos vacunarnos el 75% de la población para que todos estemos a salvo.
Pues bien, visto el artículo anterior, no podemos esbozar la prevención perfecta, como no sea que nos ataviemos bien, nos aprovisionemos de comida y nos vayamos a Siberia y nos aislemos durante 6 meses y que no nos visite nadie. Esto parece harto complicado, al final todos terminaríamos en Siberia y todos contagiados.
Pero si que podemos hacer una cosa, que aunque no nos garantiza que no caigamos en cama durante unos días, si que va a reducir considerablemente las oportunidades que tiene el Rhinovirus y familia de hacernos pasar por nuestra alcoba varias veces durante el otoño e invierno. Y esto es la prevención.
Aparte de los consejos citados anteriormente, y para aquellos que rechazar vacunarse por razones más que evidentes, podemos utilizar medicamentos homeopáticos, que se adaptan año a año a casi todos los virus que vamos a tener durante nuestra época invernal. Estos medicamentos van a reforzar nuestro sistema inmunológico para que en el caso de ser contagiados, sea capaz de luchar cuerpo a cuerpo con los virus para minimizar las consecuencias que estos pueden producirnos y que en la mayoría de los casos, van a pasar sin pena ni gloria por nuestro organismo.
Hoy en día este tipo de tratamientos preventivos están más que contrastados por multitud de terapeutas homeópatas de todo el mundo siendo cada vez más solicitados debido al éxito en prevención invernal que están obteniendo.